jueves, 4 de diciembre de 2014

ENTREGA FINAL - GOLOSA

Hacer este trabajo fue el mas interesante y divertido de todos... Es con el que quede mas conforme y pude conectarme en todo sentido, es de todo el año con el que más me siento a mi. Estoy contenta con el resultado del desorden y la improvisación, con lo que no salio y al final con magia, salió. 

lunes, 17 de noviembre de 2014

Pequeño corto mio

                      Algo aparte.  Con las tomas del segundo viajecito. 


                     

jueves, 6 de noviembre de 2014

Mi versión de la historia

Es una tarde agradable, todavía hay algunos rayos de sol. De la naturaleza virgen surgen elementos preciosos y mágicos. Hay como perlas blancas en el barro junto al rió, unas manos las recoge y las pone en una canasta sobre la que yace un pez moribundo y dos sapos. Las mismas manos hacen un pozo del cual recoge unos zapatos negros y huesos brillantes. De unas plantas saca como  hilos negros que parecen pelos, con los cuales hace muy rústicamente una peluca.  En el camino se cruza con una gran bosta que tiene brillos plateados los cuales recolecta en un frasquito de vidrio. El sigue su camino y recoge muchas flores. Poco a poco se va metiendo en zonas más oscuras y tupidas hasta llegar a una valija que está en el suelo:
1. Dentro de un gran frasco de vidrio mete un lindo vestido, es lo primero que pone en medio de la valija vacía.  Hace lo mismo con los zapatos.
2. Llena la valija de tierra seca.
3. Toma el pescado, abre su cuerpo y dentro pone un papelito que dice “Delia”. Lo cierra con hilo dorado y le pone en la cabeza la peluca que fabricó, lo mete en la valija.
4. Hay un sapo vivo y uno muerto. Al muerto lo abre y lo rellena con las perlas. Entierra ambos sapos en la tierra.
5. Tira así nomas las flores sobre la valija cubriéndola toda.
6. Pone prolijamente los huesos brillantes.
7. Se corta la mano y vierte su sangre en la valija. Después se masturba, manchando todo de semen.
8. Por último, rocía toda la valija con los brillos mágicos que saco de la bosta.

El sol está apunto de esconderse, la naturaleza antes calma ahora comienza a agitarse. Con el colorido cielo del atardecer se dirige al rio donde tira la maleta.
El, se mete en su ruinita. El piso está cubierto de bostas ya utilizadas, tienen poco brillo, también hay huesos como nacarados. Hay tres lindos vestidos colgados con mucho cuidado. Hay una especie de alfombra toda sucia y con manchas brillantes y sangre. Hay varios frascos de vidrio dispuestos desprolijamente, uno de ellos tiene varias velas  ya utilizadas, el comienza a prenderlas, ya es de noche.
El viento sopla muy fuerte, los sapos, los grillos, cantan todos a coro agitados.  Él se acerca a la ventana. Ve a lo lejos una luz que sale del rio que poco a poco se aproxima hacia el hasta que por fin la puede ver claro. Es ella, es Delia. Blanca como la nieve, brillante como las escamas del pescado, pelo negro alborotado, con el hermoso vestido y zapatos que él le dio. Luminosa pero tímida, inocente, con los ojos bien abiertos, llega hacia el con la valija empapada. Le toma su mano, es delicada, rosadita, tiene brillos en sus yemas. La guía hacia el interior de la ruinita. El saca un hermoso cofre antiguo con bombones que le ofrece a Delia. Ella emocionada, toma el que más le gusta y lo come glotona. Hace lo mismo con varios más, viciosa. El la mira excitado. El brillo de ella de a poco se apaga, sus ojos se hinchan, parece debilitada. Escupe un sapo muerto, el lo toma sin asco, contento… Ahora puede hacer lo que quiera con ella. La acuesta sobre la alfombra ensangrentada. De su vientre brota un líquido brilloso, le chorrea por sus piernas, ella esta medio inconsciente. El, desesperado, lame el líquido de sus piernas. El ahora brilla, ella esta opacada.

(Copiado textual de Lucas) El hombre se pierde en la oscuridad del bosque. Una punta del vestido asoma por una rendija mal cerrada en la maleta que ahora lleva en sus manos. Son el mismo vestido y la misma maleta, pero deteriorados. El mismo vestido y la misma maleta sobre la misma luna pálida. 
Finalmente se detiene en un punto que parece reconocer. Entre árboles espectrales y gruñidos de cerdos cava un pozo en el que tira la maleta. Luego saca de su bolsillo el rollo de papel envuelto con la cinta dorada que estaba dentro del pescado, la lee y tira también en el pozo. 
Luego comienza a cubrir el pozo con tierra.